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Del BIG DATA al SMART DATA

SMART DATA

BIG DATA, ese concepto del que todos hablamos pero que en realidad no estamos seguros de cómo podemos exprimirlo para sacarle el máximo provecho en nuestra actividad diaria.

Cuando hablamos de Big Data, normalmente nos referimos a la gestión inteligente de enormes cantidades de datos; millones o miles de millones de registros, provenientes de múltiples fuentes, que tratados de manera inteligente pueden ayudarnos a tomar decisiones para la mejora de nuestros procesos, ya sean operativos, comerciales o administrativos.

Pero, ¿esto va con nosotros?, ¿De dónde saco los datos?, ¿cómo los gestiono?, ¿Qué puedo obtener con el tratamiento de toda esa información?

Estas son algunas de las cuestiones que nos planteamos cada vez que oímos hablar de Big Data y es normal, porque si queremos una varita mágica que nos diga qué tenemos que hacer en nuestro negocio para mejorarlo, después de darle todos los datos que encontremos en las diversas fuentes: Internet, MRP, SGA, MRP, TMS, EXCEL, ACCESS y cualquier otra fuente interna o externa a nuestra actividad, siento decir que esa varita mágica todavía no se ha inventado.

Si bien es cierto que la tecnología actual nos permite tratar con agilidad toda esta información y a eso le llamamos BIG DATA, también es cierto que estas herramientas nunca podrán sustituir el conocimiento que tenemos nosotros mismos sobre la actividad que desarrollamos; aunque gestionadas de manera inteligente podemos orientarlas a nuestro objetivo y a eso le llamaremos SMART DATA.

SMART DATA

Por tanto, el concepto Smart Data ya no es un concepto tan amplio ni ambiguo como el de Big Data, sino que mediante la organización de un proyecto ordenado, en el que previamente hayamos definido lo que queremos obtener, por nuestro conocimiento de la actividad, podemos ayudarnos de las herramientas de Big Data o Business Intelligence para gestionar las bases de datos que consideremos que nos pueden ser de utilidad en el estudio. Lógicamente, estas bases de datos podrán ser internas o externas, de múltiples formatos o procedencias y con enormes cantidades de registros o simplemente con los datos de nuestro negocio.

En resumen:

Lo verdaderamente importante es que sepamos qué información necesitamos y dónde están las fuentes para obtenerla. A partir de ahí se trata de diseñar un proyecto con estas herramientas, que nos permita combinar y tratar las distintas fuentes de información para obtener un resultado rápido y sobretodo fiable.

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